Un salón, la televisión está encendida y en ella puede verse
una película. Justo enfrente, en un sofá en forma de “L” se encuentran Mr. XY,
que está sentado, y Ms. XX, recostada en su regazo. Mr. XY está aburrido, la
película no le interesa, lleva su mirada en derredor como si buscase algo que
le permitiese librarse de la situación. Entonces, mira el esbelto cuerpo de su
compañera de sofá, como su camiseta de tirantes insinúa su bello y profundo
escote, la voluptuosidad de su busto, de ahí recorre con sus ojos sus caderas
llegando a su trasero, medio cubierto por unos shorts, sus piernas reflejaban
que es una chica activa… Mr. XY centro toda su atención en ella y comenzó a
procesarla suaves caricias con las yemas de sus dedos, sabe lo mucho que la
gustan sus caricias. Del hombro a la cintura, volviendo a subir lentamente dibujando
una “S”… Ms. XX está cómoda y comienza a relajarse. En ocasiones deja escapar
un gemidito de satisfacción, en verdad, la encantan las caricias y esto anima a
Mr. XY que ahora sube por su cuello, masajeándola mientras avanza y recorre su
cuero cabelludo, orejas… dibujando sus formas. La respiración de Ms. XX
comienza a ser más profunda y agradecida, sus pensamientos empiezan a alejarse
de la película. Mr. XY se da cuenta de esto y vuelve sus caricias más intensas,
ahora buscando tímidamente los senos de Ms. XX, los cuales roza como si no
fuese su intención. Recorre su vientre llegando al pubis, y ahí, pone a andar
la mano como si ésta caminase con los dedos. Pasea hasta llegar a las nalgas y
entonces vuelve a acariciarla, pero su mano es más firme y provoca cierta
fricción. Baja por el glúteo hasta el muslo y vuelve al anterior, agarrándolo y
deslizando la mano hacia el interior del mismo de forma juguetona…
Ms. XX deja
de prestar atención a la película, en este punto es imposible, y comienza a
centrarse en las manos de Mr. XY que, al notar que ya tienen audiencia,
abandona la que tenía en el cuello de Ms. XX y la dirige hacia su busto, por
dentro de la camiseta y comienza a acariciarlo poniendo especial interés en los
pezones, dibujándolos y acabando con un tierno pellizco… Ms. XX está empezando
a arder, se gira hacia él y comienza a jugar con su tonificado y desnudo torso, acariciándolo mientras le da pequeños bocados desde el ombligo hasta sus
pectorales, donde pronto le da suaves chupetones. Ms. XX ahora está sentada
sobre las piernas de Mr. XY y una vez ha entrado al juego, está decidida a
dirigirlo a su favor... Mientras ella sigue focalizada en sus pectorales,
empezando a morderlos, él introduce la mano en los shorts de Ms. XX, recorre
sus glúteos y los agarra con fiereza… Ella se arquea para facilitarle el camino
hasta su sexo, el cual roza delicadamente con los dedos… Mr. XY observa cómo
cambia el semblante de Ms. XX que ahora se muerde el labio inferior, mostrando
un claro placer y deseo. Entonces coge el toro por los cuernos, separa a Ms. XX
de él y la quita la camiseta, dejando desnudo su torso. Acto seguido, la tumba
sobre el sofá, se coloca encima de ella, se acerca a sus labios, y cuando
parecía que iba a besarla, teniéndola esperando el beso, apenas ha rozado sus
carnosos y rosados labios cuando, dejándola con las ganas va hacia su oreja y
muerde su lóbulo. Ms. XX siente rabia, por dejarla con las ganas de ese ósculo,
aun así, no puede evitar soltar un alto jadeo de placer, lo que la exaspera, no
la gusta ser tan vulnerable ante sus artes. Desde allí Mr. XY comienza a bajar
por el cuello mientras la regala una mezcla de mordisco, chupetón y besos…
La
habitación levemente iluminada con la luz que entra por la persiana
entrecerrada y la luz emitida por la tele, el sonido de ésta, ahora ahogada por
los gemidos emitidos por Ms. XX el ambiente está cargado de concupiscencia…
Mr.
XY llegó con su boca al pecho de ella, de una voluptuosidad que a él se le
antojaba perfecta. Empezó a besar uno de ellos mientras que con la mano le
acariciaba el contrario, esbozando el contorno de la sedosa areola del pezón plano
de un color rosado almendra que entraba en contraste con la tez pálida del
resto del cuerpo, para al final, obsequiar con un suave pellizco aumentando
lentamente su intensidad y proporcionándola un dolor placentero. La boca, más
juguetona, la deleitaba con un dócil mordisco convirtiéndose en un candente
chupetón. Fue hacia el otro pecho para igualarlo, mientras las manos iban
bajando por los costados, transitando cada centímetro de piel con un delicado
arañazo. Al llegar a las caderas las detuvo para comenzar a bajar su cabeza por
el vientre con pequeños bocaditos hasta llegar al pubis. Agarró sus shorts y la
despojó de ellos con un decidido tirón. Notaba cómo la temperatura de Ms. XX
aumentaba progresivamente. Mr. XY reconoció el monte de Venus con caricias de
su lengua, viajando así hasta las ingles y de ahí comenzó a subir por el
interior del muslo derecho, agarrándolo con fuerza y ofreciéndola tórridas
dentelladas. Entretanto, Ms. XX sin perder de vista la mirada de Mr. XY, empezó
a descubrir lentamente su jardín de las delicias mientras se agarraba los
pechos mostrando una fuerte lascivia. Se relame los labios, intentando así
provocarle… Mr. XY, ahora algo impaciente, agarró la otra pierna y prosiguió
lamiéndola cariñosamente un pie y bajó por ella del mismo modo en que subió,
aunque ésta vez recreándose menos y devorándola con la mirada. Solo se desviaba
para ver la recompensa al final del camino donde finalmente llegó…
La respiración de Ms. XX se volvió más fuerte y profunda.
Cerró los ojos. Sabía de sobra lo que la esperaba y lo ansiaba, pero Mr. XY no
se lo iba a poner fácil. Al llegar al objeto del deseo comenzó a rozarlo con
los labios, dejando escapar por la boca una cálida exhalación, aclimatando así
la zona. Comenzó a lamer, perfilando y recorriendo cada recoveco de la puerta
del placer. Ms. XX notaba la lengua de Mr. XY ardiendo, empezó a acompasar con
leves movimientos su cadera al ritmo de los lametones, cada vez más intensos y
profundos… Él con sus manos viajó a los senos y empezó a mimarlos a la vez que
con la lengua llegó al clítoris… <¡Por fin!> Pensó ella que empezaba a
estar irritada por esa larga espera, nunca la había hecho desearlo tanto, lo
que traería su vendetta… Inició tranquilos movimientos sin seguir un orden, de
vez en cuando la regalaba un tibio chupetón... A medida que ella se humedecía,
Mr. XY aumentaba la velocidad y el palpitar de su lengua, esto la proporcionaba
más placer. Ms. XX agarró con ambas manos su cabeza, empujándolo hacia su sexo
y en este momento, Mr. XY llevó una de las manos que jugaba con el pecho, hasta
la candente entrada de su volcán y con los dedos anular y corazón, la penetró.
Ms. XX soltó un sonoro gemido que animó a Mr. XY, mientras su boca realizaba su
cometido de forma constante según los movimientos de Ms. XX. Sus dedos fueron
en busca de su punto G con el cual ya estaban familiarizados por lo que no
costó localizarlo. Empezó a estimularlo realizando una vibración que enseguida
comenzó a surgir efecto. Sentía fuertes contracciones en la cavidad, las
piernas de Ms. XX comenzaron a temblar y su pelvis se movía de arriba abajo con
ligeras oscilaciones a la vez que con sus manos tiró con más fuerza del pelo de
su compañero hasta que, al poco, con una convulsión y tensión corporal, llegó
al ansiado orgasmo. Se estremeció. Jadeante disfrutó de él durante unos
segundos, relajándose y sonriendo satisfecha susurro de forma inaudible:
-has vuelto a cumplir…
Calmó un poco su respiración y se reclinó para mirar a Mr.
XY que ahora besaba el interior de sus muslos, la miró y entonces ella con un
movimiento rápido le tiro del sofá al suelo y se colocó sobre él. Todavía no
había terminado, necesitaba más…
De un lametón recorrió el torso de Mr. XY llegando hasta su
boca. Le mordió el labio y fue después directa a su oreja, donde jugó un rato
con su lóbulo, mordisqueándolo. Se sentía más fiera que mujer. Entretanto
frotaba su sexo con el de él, con movimientos lentos pero intensos. Notaba su
firme miembro latiendo de deseo y entonces Ms. XX lo agarró, vio como Mr. XY
cerró los ojos al contacto. Ella se deslizo hacia abajo, le quito lentamente los
bóxer y gateando, subió hasta tener de cara su erecto órgano… Mr. XY se reclino
inquieto y mirando a los ojos de Ms. XX Pensó <¡Sí, Por favor!> Ella,
agarrándolo, sin perder el contacto visual, sonriendo a Mr. XY, saco la lengua
y colocándola en la base de su herramienta dio un pausado lametón que al llegar
al frenillo se volvió un suave zig-zag y evolucionó en chupetón al alcanzar el
glande… Mr. XY se sintió recompensado… Le duró poco, dejó de sentir la calidez
de la boca de Ms. XX que le sonreía con aire perverso y dijo:
-¿Ahora que…?
Mr. XY la miro con arrepentimiento y suspiro:
- me lo he ganado…
Ms. XX asintió satisfecha, fue hacia el rostro de Mr. XY y
mientras le besaba con ternura, dirigió su vara, aun sujeta, hacia el umbral de
la pasión y poco a poco lo sumergió en ella. Mr. XY sintió el agradable calor
que emanaba de Ms. XX y pensó que ese lugar estaba hecho para él, acoplándose a
la perfección. Ms. XX dejó de besarle y apoyó las manos en los hombros del
atlético cuerpo tumbado bajo ella y emprendió un desplazamiento de cadera de
adelante y hacia atrás y así sucesivamente mientras le miraba fijamente. Mr. XY
hizo el amago de incorporarse con la intención de volver besarla, pero ella lo
detuvo con un autoritario empujón<Aquí mando yo> Se dijo a sí misma.
Entonces él buscó sus pechos, los cuales amasó y pellizcó con firmeza… Ella
aceleró los movimientos de su cintura incrementando el frenesí y la lujuria de
ambos. Mr. XY la abrazó a la altura del dorsal y generó un movimiento
ascendente con su pelvis, acomodándolo al descendente de ella y
proporcionándola fuertes y profundas embestidas. Sofocada de apetito, Ms. XX
hundió sus uñas en el pecho de Mr. XY y desgarró ligeramente la superficie de
su piel, marcándolo.
Con esto Mr. XY la liberó de su abrazo y con una mano sujetó
las de ella y mientras se incorporaba con la otra la agarró del trasero y sin
salir de ella la levantó y la situó encima de la mesa que tenían al lado. Ms.
XX sintió la mesa helada en contraste con su ardiente cuerpo, aunque a su espíritu
de dominatrix la costase admitirlo, en el fondo, la encantaba ser domada por
Mr. XY, nadie lo había conseguido como él… Sin soltar sus manos, las dispuso
por encima de la cabeza de ella apresándola contra la mesa y con la otra,
recorrió con los dedos las facciones de Ms. XX, que al pasar por su boca, le
mordió apretando de forma progresiva…con esto Mr. XY salió de la comodidad de
ella para volver a entrar rápido y con fuerza. Ms. XX gimió de placer liberando
así la mano de Mr. XY que ahora serpenteaba por su cuerpo describiendo su
volumen, sin cesar en su robusta embestida. Ms. XX logró extraer una mano de la
presa y la llevó a su clítoris para así complementar la acción de Mr. XY, a la
vez que con sus piernas empujaba la cadera de Mr. XY a ella acelerando su
frecuencia…Ambos empezaron a compenetrarse, mirándose fijamente a los ojos,
tenían las pupilas dilatadas a causa de la ardiente pasión...Sentían las
incipientes contracciones del sexo del otro, presagio del inminente clímax… Mr.
XY, tiró de la mano aun presa de Ms. XX llevándola hacia él y quedaron así,
sentados entre el sofá y la mesa y, sin cesar ambos sus movimientos pélvicos, abrazados,
se besaron… Con una mágica armonía se fundieron en un orgasmo…
Mientras se
abrazaban sintieron la respiración del otro perfectamente sincronizada a la
suya, un agradable bien estar por unos segundos de relatividad eterna… Ella se
separó y, sonriendo, soltó una bofetada en la cara a Mr. XY. Éste sorprendido
preguntó:
-¿A qué viene esto?
-A que siempre que vemos una película que a ti no te
interesa me haces lo mismo…
Mr. XY la miró con complicidad dándola la razón y, entonces,
soltó una carcajada. Ella miró hacia otro lado suspirando y sonrió. Volvieron a
abrazarse y al unísono se dijeron…
Te quiero…
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